martes, 24 de noviembre de 2015

Estados Unidos: Reacciones Sorprendentes

En momentos de extrema gravedad surgen las voces en Estados Unidos del sentido común. Dos ex Presidentes han hecho presente su desacuerdo con la forma como se llevan las relaciones internacionales de su país. A su vez un grupo de analistas de la Inteligencia de las Fuerzas Armadas en una actitud que ellos mismos califican de abierta rebelión, da cuenta del engaño a la opinión pública y a autoridades políticas por parte de sus Altos Mandos.  

A propósito de un libro pronto a publicarse "Destino y Poder, la Odisea Americana de George Herbert Walker Bush" del periodista Jon Meacham, su autor anticipó a comienzos de Noviembre algunas opiniones que recogió de quien fuera Presidente de los Estados Unidos, Georges Bush (Padre), el personaje sobre el cual versa el libro. El ex Presidente y padre de Georges W Bush, Presidente por dos períodos hasta la llegada de Obama, las emprendió contra dos personajes que ocuparon cargos importantes en el Gobierno de su hijo,  su Vicepresidente Cheney y su Secretario de Defensa Rumfeld a quienes culpó de asesorar mal a Bush Jr. De él piensa Bush padre que no habría ejercido las atribuciones de un Presidente en cuanto a marcar adecuadamente la cancha al Vicepresidente. Claramente muestra su distancia con Cheney a pesar que anteriormente este había sido su Secretario de Defensa, de quien dice: "Simplemente un 'culo de hierro'. Se escondía detrás de los tipos realmente duros, los que querían pelear por todo y emplear la fuerza para abrirnos camino en Oriente Próximo”. Del Secretario de Defensa de su hijo dice: "“Rumsfeld era un tipo arrogante y seguro de sí mismo”. "...hay una falta de humildad, de poder ver lo que piensa el otro. Al final acabó pagando por ello".




Muy oportunas las declaraciones de Bush (Padre). En un momento crítico para su país y el mundo, muestra que aún hay decencia en Estados Unidos. Que los "culos de hierro" , los arrogantes y los incapaces de ver lo que piensa el otro y que parecen dominar la escena, se encuentran con la oposición de gente sensata como Bush padre. El mundo debe agradecer a su buen sentido  el fin de la URSS gracias a la confianza que supo inspirar en los líderes soviéticos. No debe haber sido fácil para Bush padre a sus noventa y un años, tener que referirse al Gobierno de su hijo en la forma descarnada que lo ha hecho. Da para pensar que hay un sector importante en Estados Unidos que percibe como muy peligrosa la dirección que le ha impuesto a los asuntos internacionales el Gobierno de su país, o al menos un sector de él que parece ser el que controla el juego.

Pero Bush no ha sido el único en hacer valer su opinión.  Jimmy Carter quien fuera Presidente de los Estados Unidos en los  años Setenta,  hombre también de noventa y un años, ha hecho saber su posición en  materias internacionales. De una forma casi gráfica hizo presente la necesidad de una buena relación y de cooperación entre Rusia y Estados Unidos. Para ello le entregó al Presidente Putin un mapa preparado por el Centro que lleva su nombre, con las posiciones del Estado Islámico en Siria, de manera que la aviación de Rusia sepa donde tiene que golpear. Su gesto llevó a que algunos "culos de hierro" lo acusarán de traición.

Las declaraciones de estos dos ancianos ex presidentes hacen patente la desorientación de la ciudadanía en Estados Unidos. Ella por lo demás queda reflejada en encuestas como la de Fox que indica que un 78% de los ciudadanos desaprueba al Congreso de su país contra un 13%  que lo aprueba. Según una encuesta reciente de Gallup más de un 60% de los norteamericanos quiere que aparezca un tercer partido por la "pobre labor" de los dos actuales. Si esto no es falta de representación del sistema político ¿qué lo sería? "Algo huele mal en Dinamarca" y aunque "mal de muchos consuelo de tontos", no solo huele mal en Estados Unidos sino que en países como Francia y España. Los políticos apenas son electos sienten que pueden hacer lo que les parece sin mirar a los electores. Entre otras cosas entrar en tratos que los benefician directamente. Mucho se habla en Estados Unidos de intereses económicos que resultan muy beneficiados con situaciones que amenazan conflictos bélicos. ¿Habrá una trenza entre estos intereses y los congresistas? ¿O entre los intereses del petróleo y los congresistas? El gran público debe saber que "cuando el río suena piedras trae" y de ahí su gran desconfianza con el Congreso y los partidos.

Cuando tienen que hacer presente su voz presidentes ya nonagenarios y cuando la desconfianza política es casi total, no debiera sorprender que se cuestione  la forma como Estados Unidos ha manejado sus relaciones internacionales en el nuevo siglo.

En otro plano la rebelión de los analistas militares que rechazan las tergiversaciones de sus análisis por parte del Alto Mando, para esconder la realidad de los enfrentamientos militares al pueblo norteamericano y posiblemente a la Presidencia, muestra el grado de descomposición de la gran democracia, de la "nación excepcional". A falta de Europa que debiera haber sido la voz de la consciencia occidental y en cambio ha mostrado una actitud totalmente servil hacia Estados Unidos, han hecho presente su desacuerdo  radical con la conducción norteamericana Rusia y China, ambos los más grandes dolientes de las tragedias del siglo XX. Han sido ellos para vergüenza de Occidente, quienes hoy señalan como deben conducirse las relaciones internacionales para bien de la Humanidad.

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